Yo bostezo, tú bostezas. Pero…¿por qué?

¿Te has preguntado alguna vez por qué bostezamos?

Cuando bostezaba, mi madre solía decirme: «¿Eso es hambre, sueño o falta de dueño?». Todos relacionamos el bostezo con alguno de estos motivos: el hambre, el sueño o el aburrimiento. Pero, no hay aún una explicación científica que aclare por qué se produce este fenómeno.

Un estudio, publicado el pasado mes de mayo en Physiology & Behavior, sugiere que el bostezo sirve para refrigerar el cerebro y, además, mejorar su eficacia.

El bostezo dura de 4 a 7 segundos y tiene tres partes: una gran apertura de la boca acompañada de una gran inspiración, un breve momento de apnea y el posterior cierre de la boca de forma involuntaria y acompañado de una pequeña inspiración. Hasta ahora, los científicos sabían que los bostezos se producen en muchas especies, pero de forma contagiosa lo hacen en humanos, algunos primates no humanos y perros.

En el primer caso, además, el número de contagios aumenta dentro de la familia.  En algunos grupos de primates, hipopótamos y ciertos peces lo utilizan como señal de amenza, según Javier de Miguel Águeda, biólogo experto en comportamiento animal de la Universidad Autónoma de Madrid.

Hasta ahora,  hay varias teorías que pretenden explicar el motivo de los bostezos, sin que la comunidad científica llegue a un acuerdo: una Función Respiratoria, por la que mejoraría el aumento de oxígeno en la sangre y estiraría y lubricaría los pulmones; una Mejora de la Respuesta Motora, como respuesta a un cambio de actividad y otra como Mecanismo de Comunicación,  que sincronizaría las horas de sueño/vigilia del grupo.

Este último trabajo, llevado a cabo por investigadores de las Universidades Estatal de Nueva York (SUNY) y de Viena, muestra que el bostezo tiene una función de refrigeración del cerebro, «contribuyendo a mantener la temperatura de éste balanceada y una homeostásis óptima» . Para su correcto funcionamiento, el cerebro debe permanecer fresco y bostezar proporciona – además – un incremento en el flujo sanguíneo, lo que mejora su eficacia y aumenta la rapidez mental.

Claro que, al ser un mecanismo de refrigeración, no se produce con la misma frecuencia en lugares donde la temperatura exterior es igual a la del cuerpo o cuando, por ejemplo, está helando.

 

 

Fuentes:

http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0031938414001784

http://www.abc.es/ciencia/20140508/abci-bostezar-rapidez-mental-201405071146.html

http://www.nationalgeographic.es/noticias/ciencia/salud-y-cuerpo-humano/por-que-bostezamos

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